Adaptación como prioridad para la COP30: Fuerza de Tarea latinoamericana exige acciones concretas tras dos semanas de negociaciones en Bonn

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Reunión bilateral realizada en Bonn con miembros de la Fuerza de Tarea Adaptación y Patricia Espinosa, diplomática mexicana que presidió la COP16. Foto: Reproducción/Instituto Talanoa.

26 de junio de 2025 — Bonn, Alemania

La Fuerza de Tarea Adaptación como Prioridad rumbo a la COP 30 — integrada por organizaciones de la sociedad civil de América Latina, como Argentina 1.5, Fundación Avina, CANLA, Talanoa, Redes Chaco, Conectas Direitos Humanos, Instituto Socioambiental, Instituto Decodifica, Perifa Sustentável, GLAC y otras aliadas regionales — concluye su participación en la 62ª Sesión de los Órganos Subsidiarios de la UNFCCC (SB62) con un mensaje claro: la COP30, en Belém, debe entregar un paquete sólido de adaptación a la altura de la crisis climática.

Durante las dos semanas en Bonn, la adaptación dominó la agenda de negociaciones, pero los avances fueron insuficientes. La Meta Global de Adaptación (GGA, por sus siglas en inglés) registró algunos avances técnicos, pero sigue lejos de responder con la urgencia, el contexto y la justicia que exige la realidad. Otros temas —como los Planes Nacionales de Adaptación (NAPs) y el financiamiento— permanecen estancados.

 

GGA: Avanza el trabajo sobre indicadores, pero las decisiones clave se postergan 

El GGA fue aprobado el último ítem aprobado en esta SB62, después de una discusión tensionada entre países en desarrollo y desarrollados sobre financiamiento para adaptación. La discusión superó 12 horas y tuvo que subir al nível de los Heads of Delegations con los Chairs, después que las Partes no pudieron llegar a un acuerdo en las Consultas Informales. La decisión incluye la centralidad del financiamiento para adaptación, del acesso y calidad de los medios de implementación para o GGA.

Aunque se afina el mandato técnico para los expertos, temas centrales como los medios de implementación, el Baku Adaptation Roadmap y Adaptación Transformacional deberán resolverse en la COP30. América Latina y el Caribe insisten en una agenda de adaptación centrada en las personas, los ecosistemas y el financiamiento adecuado. 

“No podemos aceptar una lista de indicadores que se convierta en un ejercicio tecnocrático desconectado de las personas y de los ecosistemas más vulnerables. América Latina lo dice con claridad: la adaptación se mide con justicia, con contexto y con medios de implementación acordes al desafío”, destacó Luz Falivene, de Fundación Argentina 1.5.

“También es inaceptable que, una vez más, se haya eliminado del texto la mención de las personas afrodescendientes, a pesar de todo el esfuerzo del Grupo Sur para incluir a la diáspora africana en las decisiones sobre adaptación”, enfatizó Mahryan Sampaio, de Perifa Sustentável 

“Podemos valorar positivamente el reconocimiento de los conocimientos indígenas y tradicionales como la «mejor ciencia» en la que basar y orientar la adaptación y la mención de que el resultado final del programa de trabajo EAU-Belém debería incluir indicadores que recojan información relativa, entre otras cosas, a los Pueblos Indígenas y los derechos humanos”, comenta Ciro Brito, del Instituto Socioambiental.

 

NAPs: una agenda estancada
Las discusiones sobre los Planes Nacionales de Adaptación (NAPs) no cumplieron con las expectativas. A pesar del reconocimiento de su importancia, faltó ambición y claridad sobre cómo alinearlos con el marco global.

“Es preocupante ver cómo la conversación sobre los NAPs sigue sin avanzar. No hubo decisiones sustantivas ni propuestas claras para garantizar financiamiento y articulación con los indicadores de la GGA. Perdimos un tiempo precioso”, afirmó Thales Machado, da Conectas Direitos Humanos.

 

Comunicación sobre adaptación: más que un informe
También se abordó el proceso de revisión de la comunicación sobre adaptación, y la Fuerza de Tarea defiende que esta herramienta debe fortalecerse con una orientación clara, datos de calidad y la participación de la sociedad civil. “Comunicar adaptación no es solo llenar un formulario. Es un proceso político, de visibilidad, de rendición de cuentas y de aprendizaje colectivo. Los países deben contar con apoyo técnico y recursos para hacerlo de manera útil e inclusiva”, dijo Karla Maass Wolfenson, responsable de incidencia y campañas – CANLA

 

Rumbo a Belém: expectativa de una hoja de ruta sólida sobre adaptación
La Fuerza-Tarea exige que el Baku Adaptation Roadmap – BAR no sea solo una lista genérica de intenciones, pero un espacio para monitorear y evaluar la implementación de la Meta Global de Adaptación, aportando coherencia para los diversos ítems de agenda de adaptación, hoy fragmentados. Un abordaje a mediano plazo con un cronograma realista para las modalidades del BAR podría integrar la meta global de adaptación con los Planes Nacionales de Adaptación, por ejemplo.

“A lo largo de esas dos semanas, sentimos como la fragmentación de los ítems de agenda dificultan una armonización de la agenda de adaptación, que debe ser pensada desde un espacio coherente de revisión de los sistemas de reporte, posibilitando que los medios de implementación incluyan financiamiento, capacitación y transferencia de tecnología. Asimismo, debe ir más allá de la implementación de los indicadores, mirando para la adaptación como un todo interconectado, desde el apoyo para la formulación de los NAPs hasta las AdComms, de acuerdo con las necesidades de los países en desarrollo. El BAR podría ser esa casa para la adaptación después de Belém”, dijo Daniel Porcel, del Instituto Talanoa.

 

Financiamiento: la brecha sigue siendo evidente
El financiamiento para la adaptación sigue siendo el eslabón más débil de la arquitectura climática. El texto actual no brinda claridad sobre cómo se conectará la GGA con la Nueva Meta Colectiva Cuantificada (NCQG) ni con la hoja de ruta de Baku a Belém. “Es hora de establecer una nueva meta de financiamiento para la adaptación que sea movilizadora, suficiente y accesible para quienes más lo necesitan. Esta es la línea roja para la justicia climática en Belém”, afirmó Natalie Unterstell, de Talanoa.

 

Bakú–Belém debe traducirse en financiamiento real y adaptación efectiva.
La Fuerza de Tarea continuará movilizada hasta la COP30, en Brasil, para garantizar que la adaptación sea tratada como una prioridad y se traduzca en compromisos reales. “La Hoja de Ruta Baku–Belém debe cerrar las brechas de financiamiento, fortalecer la adaptación y generar impactos concretos para los países en desarrollo; no podemos permitirnos otro proceso que se quede solo en promesas”, dijo Sandra Guzmán Luna, directora general del GFLAC. 

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